Ya tenía rato que no escribía, más de una semana, desde el martes 25 cuando referí cómo me puse a alborotar el avispero de mis ruidos (“Jorungando el avispero del acúfeno”).

He estado bastante ocupado, trabajando en páginas WEBs, escribiendo.  Especialmente, me he ocupado con las flores de Bach que, como saben, las estudié y ahora las suministro a amigos y gente que se interesen por su salud y por aplacar las emociones perniciosas para su vida, dado que para eso están concebidas.

Tengo un proyecto al respecto y consiste en abrir un blog con las experiencias curativas de los pacientes.  Tan rápido, ya tengo experiencias que contar, por supuesto, con la figura anónima de quienes allí aparezcan.  Para empezar, abrí uno, y publiqué ya una suerte de argumentación “atractiva” para motivar en otros el uso de las flores de Bach y su terapia.  Véase:  Flores de Bach y emociones.  Y, hablando comercialmente (ojo, apenas busco recuperar la inversión que hice en el kit floral), abrí una página en un portal de compra venta, donde ofrezco preparar las fórmulas de las flores de Bach y vendo este servicio por una módica suma; véase Flores de Bach en su casa. ¡Cúrese usted mismo!

Y respecto al acúfeno, el que sufro, el que tu sufres, amigo lector, y el que sufre el 15% de la población mundial (entre suaves y severos), he descubierto cosas desde que ando metido en este ambiente digamos bachiano.  He oído de dos casos, el primero de ellos sobre un piloto de aviones con ruidos repentinos, quien fue tratado por su esposa (practicante de la terapia floral de Bach) y con el tiempo le fue erradicado el tinnitus.  No tengo gran información sobre el caso, pero me fue referido por una persona que puede catalogarse como fuente “creíble”.

El segundo, refiere la situación de un señor con tinnitus, angustiado, a quien se le atenuó y le mejoró su tolerancia con unas flores de Bach que se suministran para los desesperados y pesimistas, a saber, Gorse.  Por cierto, declaro no haberla probado en mí, y no descarto hacerlo a futuro, luego de que tome debidamente el tratamiento que me tomo en la actualidad. Por supuesto, en la lógica de la terapia de Bach, está flor iría acompañada por otras, dependiendo de la configuración emocional de la persona que la reciba; no puede usarse como un estándar, así a secas.

En cuanto a mi lecturas y escritos, esta semana se fue en blanco (ni siquiera he visto las noticias), dado que no me pude dedicar oficiosamente a ellos.  El asunto de las flores de Bach, los pacientes que he empezado a tener, las páginas WEBs relacionadas, se llevaron todo el tiempo.

De mi ruido, puedo decir que sigue igual, pero en general mi ánimo ha estado bien, como les he dicho anteriormente, con pequeñas idas y venidas del ruido, es decir, con intervalos de tiempo en que lo oigo con más fuerza, afortunadamente intervales pequeños.  He descubierto, por ejemplo, que cuando trabajo bastante, mentalmente hablando, hasta el punto del agotamiento, mi acúfeno se presenta con fuerza, y mis pensamientos y bloqueos mentales no funcionan para “correrlo” de los laberintos de cabeza.

Siglo explorando.